na rutina skincare personalizada es una especie de puzzle que debe contener 4 piezas imprescindibles: hidratación, antioxidantes, transformadores y fotoprotección.
Pero todas las piezas que componen ese puzzle son diferentes. Y todas tienen que encajar, el puzzle resuelto debe quedar perfecto.
Además, la piel de cada persona es un puzzle distinto. Por eso la crema que le va bien a tu vecina puede que a ti no te haga absolutamente nada, o puede que tu piel no esté preparada todavía para ese retinol que tu hermana afirma que le ha cambiado la vida.